martes, 7 de octubre de 2014

De MADRID a GUADALUPE recorriendo el CRG (marzo-2008)


Video del PRIMER RECORRIDO A PIE DE MADRID A GUADALUPE realizado  por los miembros de ACRG Emilio Baños Ayuso y Jesús Alvarez Alvarez durante la Semana Santa de MARZO de 2008, en recuerdo de la que fue la primera peregrinación a pie por el CRG  de Madrid a Guadalupe realizada en 8 días. 






jueves, 2 de octubre de 2014

LA EGAGRÓPILA DEL ABEJARUCO

Yo pensaba que las egagrópilas las generaban solamente las aves rapaces, pero al descubrir que también las producen algunas aves insectívoras decidí difundirlo en el blog, tomando como referencia una de las aves más vistosas de nuestra fauna, el abejaruco, ilustrándolo con esta secuencia de cuatro fotografías, de un abejaruco regurgitando una egagrópila, realizadas por el mejor fotógrafo de aves que conozco, José Ramón Barrios Alvarez.


 Las egagrópilas son bolas formadas por restos de alimentos no digeridos que algunas aves carnívoras e insectívoras  regurgitan (rapaces, gaviotas, abejaruco, martin pescador…).  
 Normalmente contienen huesos de pequeños mamíferos y aves, pelos, plumas o exoesqueletos de insectos que las aves no pueden digerir, que si pasaran por el tubo digestivo del ave podrían ocasionar heridas y/o obstrucciones intestinales que podrían causar su muerte.
 Son muy útiles para conocer el tipo de alimentación que tienen las aves, y supone un elemento importante para el estudio de las aves que las generan, ya que al diseccionarlas y analizar su composición permite tener un buen conocimiento del tipo de alimentación y de sus radios de caza, e incluso permiten conocer también aspectos relativos a las densidades de población de las presas de las que se alimentan estas aves .
 


El abejaruco tiene alimentación insectívora, capturando sus presas al vuelo, sobre todo  insectos de gran tamaño y, en menor proporción, insectos pequeños.
En verano consumen abundancia de tábanos, libélulas, mariposas, abejorros, escarabajos y ciervos volantes, grandes saltamontes, cigarras, avispas de todas las especies y gran cantidad de abejas, si tienen sus colonias en las proximidades de las colmenas.

 Las egagrópilas del abejaruco son negras ya que contienen los restos quitinosos, patas y élitros (alas anteriores endurecidas de algunos insectos) de las partes que no pudieron digerir de los insectos que cazaron. Suelen aparecer en el suelo bajo los posaderos.
 
 
 






jueves, 28 de agosto de 2014

EL AJOCANO


El Ajocano era una de las comidas típicas de los cabreros, en las sierras de las comarcas de las Villuercas e Ibores, que constituía su habitual almuerzo y, quizá sea el plato más típico y representativo de la localidad de Navatrasierra, donde aún se conserva la tradición de almorzar Ajocano en muchos de sus hogares,  donde ha perdurado la trashumancia de las pastorías de cabras a la sierra del Hospital hasta hace dos años.














En otros pueblos de los Ibores y Villuercas, recibe el nombre de Caldo Cano, quizá debido a la similitud con los ingredientes y elaboración de las llamadas Sopas Canas o Sopas de Ajo.
El Ajocano probablemente sea un plato derivado, o hermano, de las Sopas de Ajo basado en la leche de las cabras y el pan, aderezados con un poco de aceite y pimentón. Que eran, prácticamente, los únicos alimentos básicos de que disponían para su manutención y que formaban parte de la ‘cabaña’, o jornal de los cabreros para la semana, consistente en 7 panes (14 si tenían zagal), un cuartillo de aceite, sal y pimentón. Dependiendo de la época del año en que se encontrasen, se podían añadir otros ingredientes, como tomate, pimientos secos, o cebolla, e incluso huevos de perdiz escalfados en el Ajocano.

Para que alcance su sabor más exquisito es necesario cocinarlo en un caldero de hierro, a la lumbre, con leche de cabra y en el campo (aunque esto último ya no es posible al estar prohibido encender fuego en el monte).

miércoles, 2 de julio de 2014

DOS RÍOS PARA UN SINCLINAL

Los ríos Gualija y Guadarranque se extienden a lo largo del Sinclinal al que dejan sus nombres “Guadarranque-Gualija”. Nombre perfectamente compuesto, ya que, la unión de ambas cuencas da como resultado este extenso sinclinal del Geoparque.
Es decir, tanto aritmética como geográficamente hablando sería válida la siguiente expresión:
“Sinclinal del Guadarranque-Gualija” =  “cuenca del Guadarranque” + “cuenca del Gualija”
Aunque, si nos atenemos al orden geográfico y situación en el mapa, estaría mejor colocado al contrario:
“Sinclinal del Gualija-Guadarranque” =  “cuenca del Gualija” + “cuenca del Guadarranque”

Gualija y Guadarranque son las dos principales corrientes de agua que discurren entre las dos sierras que delimitan el Sinclinal, la de Altamira al noreste y la sierra Hospital-Palomera al suroeste. Cuyas cuencas aparecen divididas de sierra a sierra por una línea prácticamente imperceptible, ya que no están separadas por ninguna cadena montañosa, solamente por la ondulación de cerros y collados, encadenados entre sí, por cuyas vertientes el agua de lluvia escurre hacía una cuenca u otra, según caiga al norte o al sur de la divisoria, es decir al Gualija o al Guadarranque. 

Vista aérea del Sinclinal del Guadarranque-Gualija delimitado por la sierras de Altamira y Hospital-Palomera

martes, 24 de junio de 2014

VERDE QUE TE QUIERO VERDE en la Jara Cacereña

El pasado 9 de junio, el programa de radio Canal Extremadura "Verde que te quiero verde" emitía un programa dedicado al espacio de la Jara Cacereña, localizado en la zona de influencia de la población de Navatrasierra, incluido en  el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. 
En esta ocasión, el invitado al programa, dirigido por Mabel Sánchez, era el biólogo y profesor de la UEX José María Corrales, uno de los padres y fundadores de nuestro Geoparque.
Nuestro buen amigo Chema Corrales describe, con gran pasión, las peculiaridades geológicas, botánicas e hidrográficas de esta zona del Geoparque, haciendo hincapíe en la importancia del yacimiento de fósiles trilobites localizado bajo la población de Navatrasierra, la falla de desgarre o transversal de las Cancheras de la Trucha, la singularidad de las loreras, y las cuencas hermanas, pero separadas, de los ríos Guadarranque y Gualija, que discurren por el sinclinal al que prestan su nombre. 
Gracias, amigo Chema !

Os dejo los enlaces del audio del programa Verde que te quiero verde.

Enlace al programa dedicado a Navatrasierra y la Jara cacereña:
http://www.canalextremadura.es/alacarta/radio/audios/la-jara-cacerena-090614


Enlace al listado de programas emitidos en el programa  Verde que te quiero verde:
http://www.canalextremadura.es/alacarta/radio/programas/programas/64793/verde-que-te-quiero-verde


Vista aérea de la falla de las Cancheras de la Trucha .
Se trata de una falla de desagarre, donde se puede apreciar la fractura perfectamente limpia y el desplazamiento de los bloques que forman las dos hileras de cancheras.



Muestra de trilobites fósiles en el museo de Navatrasierra.


 



martes, 17 de junio de 2014

LAURISILVA EXTREMEÑA. LOROS Y LORERAS.


La laurisilva es un bosque de tipo subtropical, formado por árboles y plantas con hojas parecidas a las del laurel, propio de lugares húmedos y cálidos con abundancia de precipitaciones y nieblas como ocurre en el archipiélago de Madeira, Azores y en determinadas zonas de las islas Canarias.
En la era Terciaria, Extremadura gozaba de un clima más templado que el actual, con una masa boscosa similar a la laurisilva existente en estos archipiélagos atlánticos, que fue desapareciendo con las grandes sequías del final de la Era Terciaria y las glaciaciones de la Era Cuaternaria, evolucionando a la actual vegetación de tipo continental y mediterránea.


De aquella primitiva laurisilva extremeña del Terciario aún se conserva una especie lauroide, que ha resistido los cambios climáticos, denominada Prunus lusitánica, laurel portugués o loro. Árbol que tiene el mérito de haber sobrevivido durante tres millones de años y, el gran mérito, de continuar sobreviviendo en la actualidad refugiado en la frescura de las apreturas y gargantas de las sierras villuerquinas, donde se estima una población de 7000-8000 píes de loro, la mayor existente en España.
Por esta gran hazaña de supervivencia, el loro está considerado como una auténtica reliquia natural del Terciario, y se ha convertido en el árbol más singular del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.