jueves, 26 de julio de 2012

¡NOS ESTAMOS SECANDO!!!

EntreJarasyPedreras, la sequía persiste. Durante todo el invierno no hubo lluvias, y las pocas que cayeron en primavera no consiguieron detenerla. Las elevadas temperaturas de mayo y junio remataron las escasas hierbas y resecaron los suelos.   

Mediado el mes de julio la vegetación está exhausta y multitud de árboles están muriendo lentamente.



¡MAMÁ!, ¿QUÉ ES LA LLUVIA?

¡Mamá!, ¿qué es la lluvia?, preguntaba un joven golondrinito, recién salido del nido, a su preocupada madre, intrigado por los quejosos comentarios de sus progenitores acerca de la escasez de comida, mientras esperaba recibir algún bocado del pico de su padre, posado en un cable eléctrico junto a su hermanito y su madre…
Después de atusarse el plumaje, la madre, que solamente había conseguido sacar adelante a dos de los cuatro polluelos de su segunda nidada, se dispuso a responder a su pequeñajo salido del cascarón hacía escasamente un mes.

 

martes, 24 de julio de 2012

ANTIGUOS USOS Y UTILIDADES DEL CORCHO

Hace unas cuantas décadas, en las zonas rurales no se disponía de utensilios o recipientes para determinados usos cotidianos en el hogar o en el campo, y tenían que recurrir a los materiales como el corcho, proporcionados por la naturaleza, para fabricarlos o elaborarlos artesanalmente, consiguiendo, en algunos casos, extraordinarias obras de artesanía.

El corcho es un material con una cierta flexibilidad, pero en bruto resulta duro, rugoso y áspero, y para poder trabajarlo, cortarlo o pulirlo es necesario cocerlo previamente. Una vez cocido, queda más compactado, totalmente impermeable, dúctil y permite ser cortado o labrado a punta de navaja.
 

Este capítulo está dedicado a mostrar los usos y utilidades más desconocidos del corcho, o, más bien, recordar viejos usos del corcho en determinadas zonas rurales.

miércoles, 18 de julio de 2012

LA PIEL DEL ALCORNOQUE, MATERIAL EXTRAORDINARIO

El alcornoque (quercus suber) es uno de los pocos seres vivos al que se le puede arrancar la piel sin necesidad de matarlo. El hombre es capaz de sacar provecho de las especies animales y vegetales de todas las formas conocidas, y casi siempre, sacrificándolos. Este no es el caso del alcornoque, robusto árbol que protege su tronco con una corteza muy valiosa para él, y, ¿cómo no? también para el hombre.
( Pinchar sobre las imágenes para verlas ampliadas)

martes, 3 de julio de 2012

UNA ZORRA EN LA COCINA

Las zorras y zorros comunes, Vulpes Vulpes para más señas, mamíferos eminentemente noctámbulos que forman parte de la familia de los cánidos, son animales que salen por la noche al acecho de sus presas con mucho sigilo, empleando toda su astucia y cautela para darles caza o conseguir alimentos para sus cachorros.

Entre jaras y pedreras abundan estos astutos animalitos y, cuando la noche cae, merodean por los alrededores de la población de Navatrasierra rastreando con su fino olfato de cánido salvaje, y se internan en las soledades de las calles, atraídas por los efluvios de algún contenedor de basura, o para tratar de capturar grandes insectos que revolotean a las luces de las farolas, o tratar de cometer una buena tropelía en algún gallinero. 

Era la noche del 29 de junio de 2012 cuando un despampanante ejemplar de zorra, con su hopo bien poblado, se internó en las calles husmeando por sus esquinas y llegó a la puerta de unos vecinos que, tras descansar al fresco en el patio de su casa, se recogieron a ver la televisión dejando hamacas y puertas abiertas. Ante tal panorama, la curiosidad y sagacidad de la zorra la encaminaron a cometer una enorme imprudencia.

Avanzada la noche, los vecinos cerraron su casa y se fueron a dormir. Pero, de repente, comenzaron a oír ruidos extraños procedentes de la cocina. Se levantaron y se llevaron el susto y la sorpresa de encontrarse una zorra en su cocina, que había tenido la osadía de traspasar el umbral de la casa y aventurarse hasta la cocina, guiada por su fino olfato, donde solamente consiguió quedar atrapada y ser apaleada.

Al igual que el resto de seres vivos, los humanos defienden su guarida, con uñas y dientes si es necesario. En este caso fue una silla en manos del hombre, el arma que acabó con los paseos nocturnos de esta astuta y osada zorra, que ha dejado libres las esquinas a otras de su misma especie.