La breva es uno de los dos frutos que es capaz de producir la higuera. La breva es un fruto hermano del higo en el caso de la higuera breval, que puede madurar dos cosechas, una de brevas entre junio y julio (“por San Juan brevas y por San Pedro, las más buenas”), y, otra de higos entre agosto y septiembre (“por San Miguel los higos son miel”). En cambio, la higuera común, normalmente, sólo produce una cosecha de higos al finalizar el verano. Similar al higo en color y textura, la breva es de mayor tamaño y de sabor menos dulce.
Como
las brevas maduran a principio del verano, suelen germinar en el mes de marzo o
inicios de abril, y una germinación muy abundante en este periodo viene
ocasionada por un tiempo cálido y seco, es decir, falta acusada de lluvias y
temperaturas elevadas para esa época del año. Precisamente, este año 2012,
bisiesto para más inri, climatológicamente está resultando nefasto y desastroso
para el campo en ciertas regiones de nuestra geografía, afectando muy
negativamente a la agricultura, la ganadería y el medio ambiente en general,
dejando la tierra reseca, la vegetación y sembrados muy maltrechos, los ríos y
arroyos corriendo a medio caudal, y los riachuelos y regatos parados y secos
desde hace meses.
Los
sembrados han sobrevivido a este seco invierno a duras penas. Las escasas
lloviznas de los inicios primaverales les ha permitido reverdecer, pero están resultando
insuficientes para revitalizar los ralos y debilitados forrajes, que posiblemente
no lleguen a espigar, ni se puedan cosechar. Por otra parte, los ganados
tampoco encuentran suficientes hierbas y forrajes para pastar a diario en los
prados y cercados, como es habitual en las jornadas invernales y primaverales, sino
que solamente pueden salir a pastar un día sí y otro no, para dar más tiempo a
que los forrajes se recuperen. Esta situación está forzando a los ganaderos a
alimentar a sus pastorías de cabras con
las reservas de heno, alfalfa y grano, almacenadas en el pajar para todo el año
que ya están agotando, y pronto deberán reponer con el consiguiente gasto
extraordinario.
Esta
acusada falta de lluvias también acarrea efectos muy negativos en la naturaleza
que pueden alterar la vida silvestre. Por ejemplo, debido a la falta de humedad
en el medio ambiente se produce una menor proliferación de insectos y plagas que,
aunque resultará menos molesta para árboles, vegetales y animales, significa
menor cantidad de comida para multitud de aves, anfibios o reptiles. Podemos
poner como ejemplo a las golondrinas que, a causa de esta situación han
regresado muchas menos parejas a anidar Entrejarasypedreras. Logicamente, si la
comida escasea, tendrán que buscar otros lugares para anidar.
En
definitiva, el que un año sea bueno de brevas se traduce en graves pérdidas
para la naturaleza, los agricultores, ganaderos y apicultores, con el agravante
de que, estos colectivos humanos no podrán rehacer sus dañadas economías de una
forma natural, en desventaja con la naturaleza que si podrá recuperarse por sí
misma. Con razón las gentes que viven del campo no olvidan este viejo refrán: año de
brevas mejor no lo vieras…
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