CERA VIRGEN

La imagen muestra un artilugio casero, pero que muy casero, empleado para derretir los panales elaborados por las abejas que, apilados y encerrados herméticamente en un bidón de buen tamaño, son sometidos a las altas temperaturas alcanzadas por el vapor del agua que circula por un tubo que lo une a otro bidón más pequeño con agua que es calentado con una buena lumbre.

 Cuando la temperatura en el interior del bidón supera los 61 ºC comienza a fundirse la cera de los panales, que escurre por un pequeño orificio en la parte baja del bidón en forma de un líquido oscuro, que al enfriar se solidifica y adquiere un color amarillento.

 

Mediante este proceso se obtiene la cera virgen, que será más pura cuanto más blanca sea, aunque sería más preciso señalar que, lo que se consigue en este proceso de fusión es separar la cera de todas las impurezas y restos que contienen los panales ya usados o estropeados. Puesto que, la cera virgen es la que se recoge inmediatamente después de ser secretada, elaborada y formada por las abejas, que es de color blanco. Los panales recién hechos son blancos.

                    Al enfriarse y solidificarse la cera queda compactada en bloques.

 

La cera de abeja toma su valor a partir de su pureza y su color, la de color más blanco y claro tiene mayor valor que la de color oscuro. La cera más fina o cara en el mercado es la que se extrae de la fundición de opérculos, es decir de las capas de cera con las que las abejas cubren la miel cuando ya está en su punto. La cera se oscurece conforme va siendo utilizada y va pasando el tiempo en los panales, debido al contacto con la luz, el polen, propóleos, mudas y restos anatómicos de las abejas, llegando a alcanzar colores marrones oscuros y casi negros.

Una vez fundida la cera, se retiran los residuos que contenían los panales(el montoncito en el suelo) y los cuadros quedan limpios para ser reutilizados soldando láminas nuevas sobre las cuatro alambres atadas a sus extremos.   

 

Cada nueva temporada apícola es necesario limpiar los cuadros de panales sobrantes en las colmenas, de los cuales se extrajo la miel el verano anterior y que, devueltos vacíos a las colmenas, les han servido de protección durante el frío invierno. En los cuadros que se han limpiado se colocarán láminas de cera nuevas para facilitar a las abejas la formación de las celdillas que usarán para criar, habitar y almacenar miel o polen.