martes, 24 de julio de 2012

ANTIGUOS USOS Y UTILIDADES DEL CORCHO

Hace unas cuantas décadas, en las zonas rurales no se disponía de utensilios o recipientes para determinados usos cotidianos en el hogar o en el campo, y tenían que recurrir a los materiales como el corcho, proporcionados por la naturaleza, para fabricarlos o elaborarlos artesanalmente, consiguiendo, en algunos casos, extraordinarias obras de artesanía.

El corcho es un material con una cierta flexibilidad, pero en bruto resulta duro, rugoso y áspero, y para poder trabajarlo, cortarlo o pulirlo es necesario cocerlo previamente. Una vez cocido, queda más compactado, totalmente impermeable, dúctil y permite ser cortado o labrado a punta de navaja.
 

Este capítulo está dedicado a mostrar los usos y utilidades más desconocidos del corcho, o, más bien, recordar viejos usos del corcho en determinadas zonas rurales.
En una tierra que comenzó a ser poblada por colmeneros, es lógico que el principal uso del corcho fuera para elaborar los redondos habitáculos de las abejas, que aún hoy día siguen empleando los colmeneros del lugar para criar enjambres.

                    
Observando las imágenes se puede localizar varios de estos utensilios o recipientes:
Los especieros, pequeñas cajetillas de corcho con varios compartimentos para guardar las especias colgados en la cocina; la jabonera para el jabón y el estropajo; los tajos, taburetes de corcho para sentarse a la lumbre; el redondeado y cerrado parque para los bebés;
la merendera, auténtico prototipo del tupperware, para llevar la merienda al campo; el colador para colar la leche usando como filtro un estropajo de esparto; las rodajas de corcho empleadas como tapaderas para los cántaros del agua y la leche, o de las cantarillas, recipientes para transportar la leche a lomos de las caballerías
 
 
 
Mencionar también, a falta de imágenes, el gamellón recipiente de corcho para almacenar la harina destinada a hornear. El “herrao” o herrada de corcho usado para dar pienso o cebada a las caballerías, y para recoger los huevos del gallinero (se llama herrada al cubo de madera con arcos de hierro que es más estrecho por la boca que en la base). En las matanzas se usan pedazos de corcho para restregar la piel del cerdo a la vez que se rocía con agua caliente para lavarlo después de ser choscarrado. Y por último, recordar los tapones de corcho para taponar la tinajas para el vino o los desagues de las albercas. 
Antaño, el corcho era utilísimo, muy valorado y nadie lo desperdiciaba EntreJarasyPedreras.


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