martes, 15 de noviembre de 2011

CASTAÑAS Y CASTAÑOS

Cuando pensamos en el otoño es inevitable asociarlo a un árbol y a un fruto muy otoñal: el castaño y sus sabrosas castañas.
En pleno noviembre tenemos ya madura a la castaña. Cae y se resquebraja el pinchudo erizo que, durante meses, protegió a uno de los frutos más alimenticios y con mejor sabor de cuantos nos proporcionan nuestras arboledas. Decenas de especies de bosque llenarán sus estómagos con las ricas castañas.
                                                       
Fruto también apetecido por la especie humana, es cultivado y cosechado para su consumo. En las poblaciones vecinas de Castañar de Ibor, Navezuelas o Guadalupe los castañares pueblan laderas y montes ofreciendo abundantes cosechas.
Una de las mejores formas de degustarlas es recién asadas a la lumbre en una sartén calvotera, como reza la antigua tradición que reúne a las pandillas de niños y jóvenes junto a la lumbre para saboreas los ricos clavotes, obtenidos después de pelar las castañas asadas.


En uno de los rincones ocultos de nuestras sierras, en la parte más cerrada y profunda de la garganta de La Pedriza, los castaños protagonizan el otoño entremezclados con alisos, fresnos, madroñas y loreras, llenando el bosque con los colores típicos otoñales. Allí sobrevive un conjunto de castaños, renacidos de los troncos de otros más viejos y corpulentos que fueron talados y convertidos en vigas o tablas para soportar los techos y tejados de las antiguas viviendas de Navatrasierra. 

Aún se mantiene en píe un enorme tronco de un viejo y centenario castaño, cuyas dimensiones nos hace imaginar que debió ser un árbol descomunal.    

Este auténtico monumento natural, seguramente se salvaría de la afilada sierra por no ser aprovechable su robusto tronco ahuecado por el paso del tiempo, y requemado por algún descontrolado incendio que, con toda probabilidad, acabó con su fortaleza. Afortunadamente las raíces de su desgastado tronco han conservado la savia suficiente para dar vida a los retoños crecidos de su cepa, que en la actualidad ya son árboles adultos.


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