miércoles, 23 de marzo de 2011

Brezos y romeros

Los brezos, llamados en el lugar berezos, son tan abundantes como las jaras, con las que se disputan cada palmo de terreno, contribuyendo ambas plantas a mantener siempre verde todos los montes de la comarca. Existen varias clases de brezo, el brezo colorado, el brezo blanco, la quiruela o quirola y la mogariza. Predomina el brezo colorado que es el más tempranero en florecer, sin aguardar la finalización del invierno, y, antes de que éste termine ya está coloreando con sus rosadas flores cualquier rincón de estas serranías, desde los terrenos más bajos hasta los altos collados de la sierra. El brezo blanco es algo más tardío y menos abundante porque necesita terrenos más frescos y humbrosos, pero quizá más vistoso por su gran cantidad de florecillas blancas que penden de sus alargadas ramas. La planta de la quiruela o quirola es más pequeña que sus hermanas, no llegando a superar el metro de altura, y se caracteriza por un color más morado e intenso que el del brezo colorado, pudiendo florecer tanto en primavera como a principios del otoño. Por contra, la mogariza deja su periodo de floración para el otoño.




Brezos blancos 


Curioso contraste el mostrado en esta imagen, con los brezos colorados agrupados en la ladera de la izquierda, mientras los brezos blancos destacan en la ladera derecha.


    Brezos colorados


El aromático romero acompaña en la floración a los berezos a finales de invierno e inicios de la primavera, con sus florecillas levemente azuladas que se agrupan en los nudos al final de las ramas, y son fuente de alimento para las laboriosas abejas que inician el crecimiento de sus colmenas con la llegada de las temperaturas benignas. A la vez que realizan la importante tarea de la polinización.
  

   

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