jueves, 14 de marzo de 2013

LOS CHORROS DE LA PEDRIZA Y EL RÍO MANZANARES

Si el anterior reportaje fotográfico estaba dedicado a las rocas y riscos que componen el monumental conjunto granítico de La Pedriza, este va dedicado a las aguas que guarda en su interior procedentes de las lluvias y nevadas invernales caidas en el Parque Regional de la Cuenca Alta del río Manzanares.
Son varios los torrentes y arroyos que inician y alimentan el curso alto del río Manzanares, aunque su nacimiento se sitúa en el Ventisquero de la Condesa a 2010 metros de altitud, en la vertiente sur del alto de las Guarramillas, al píe del repetidor de TV la Bola del Mundo.
El nacimiento del Manzanares está formado por diferentes manantiales y neveros o ventisqueros, acumulaciones de nieve que se mantienen hasta bien entrada la primavera. El Ventisquero de la Condesa era un sitio donde antiguamente se recogía nieve y hielo para llevarla a Madrid.

Remontando el curso del Manzanares, discurre una de las rutas señalizadas y bastante accesibles que permite bordear el estrecho cauce de su curso alto que propicia la formación de cascadas, a las que se conoce con el nombre de Los Chorros. La caminata para llegar hasta Ellos merece la pena, aún más, si los paisajes están vestidos de blanco por gentileza de las nevadas acaecidas durante la semana anterior.


                                    LOS CHORROS DE LA PEDRIZA
 
 
 





El río Manzanares atraviesa la ciudad de Madrid adonde llega, amansado y algo contaminado, con más pena que gloria. La gloria se la queda y la mantiene bien alta en La Pedriza, entre los valles, pinares y canchales de su curso alto, allá, en el Parque regional de la cuenca Alta del Manzanares.


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