En invierno son pocas las plantas capaces de florecer aunque las temperaturas sean benignas. Una de ellas es un arbusto con serias aspiraciones de llegar a ser árbol…, se trata del madroño (el singular “arbutus unedo”).
Con tiempo invernal desapacible, la abeja no puede salir a recolectar el néctar de las flores y debe subsistir con las reservas almacenadas en sus panales, pero siempre hay días soleados que, aún siendo fríos, la abeja no puede desaprovechar para recolectar polen, máxime si los madroños rebosan de racimos de flores (candelillas).
Con tiempo invernal desapacible, la abeja no puede salir a recolectar el néctar de las flores y debe subsistir con las reservas almacenadas en sus panales, pero siempre hay días soleados que, aún siendo fríos, la abeja no puede desaprovechar para recolectar polen, máxime si los madroños rebosan de racimos de flores (candelillas).
Este invierno tan soleado que disfrutamos, y tan seco que padecemos, ha puesto a rebosar a los madroños con sus peculiares racimos colgantes de candelilla, de hasta 40 flores de color blanco o blanco rosáceo, de las que la abeja extrae el néctar para elaborar miel invernal.
Curiosamente y contrariamente a otras dulces mieles, la del madroño tiene un característico sabor amargo, debido quizá a la escasez de azucares de sus candelillas. Pero el amargor de este tipo de miel de color ámbar, no le impide procurar efectos medicinales sobre el hígado y estar indicada para casos de diarrea.
Me gustan muchos las fotos
ResponderEliminarYa que hablas de abejas, deberías hablar de la Vespa simillima xanthoptera que está diezmando a la Apis Melifera que no tienen defensa alguna. No como la Apis cerana, que ha desarrollado un mecanismo de autodefensa térmica.
ResponderEliminarEso es porque la Apis cerana a coevolucionado junto a la Vespa simillina xanthoptera y ha sido capaz de desarrollar un sistema de defensa.
EliminarGracias por la sugerencia, aunque, como tan informado te veo, gustosamente te cedo el espacio para que puedas hablar tú mismo del tema.